Pico mediano, nueva población avistada en el Pirineo Aragonés

El entorno del Pirineo aragonés es testigo de un hito importante en el mundo de la ornitología: el descubrimiento de una nueva población de pico mediano. Este pequeño y esquivo pájaro, que hasta hace poco era desconocido en la región, ha capturado la atención de investigadores y amantes de la naturaleza.

El pico mediano, ave de color negro y blanco con manchas rojas, hizo su primera aparición en el Pirineo aragonés en 2019. Sin embargo, no fue hasta 2021 que se confirmó la reproducción de una pareja, marcando un momento crucial en la historia de la ornitología local. Desde entonces, los esfuerzos de investigación se han intensificado para comprender mejor esta nueva población y su comportamiento.

Esta investigación ha contado con la participación de un compañero de Athmos del equipo de Vigilancia Ambiental, Luis Lorente. Profundizar en los bosques de la comarca de Ribagorza en busca de pistas sobre la presencia del pico mediano, fue su principal objetivo. Durante la primavera de 2022, así como en el otoño e invierno siguientes, se realizaron muestreos específicos en bosques con robles. De esta manera, se reveló la presencia de 11 individuos territoriales.

Encontrar a estos individuos en bosques dominados por el roble cerrioide (Quercus cerrioides), en un tramo superior del valle del río Ésera fue sorprendente. Este hallazgo plantea preguntas sobre el origen de esta población. Se especula que podría tratarse de una población relicta que pasó desapercibida o que se originó a partir de individuos provenientes de una población fuente.

La población fuente más cercana se encuentra en la vertiente norte del Pirineo, a unos 30 km, separada por una barrera montañosa de más de 2.300 m. Mientras que, en la vertiente sur, la población más cercana conocida se sitúa en el Pirineo navarro, a más de 100 km de distancia. Este distanciamiento geográfico plantea interrogantes sobre la capacidad dispersiva y colonizadora de esta especie.

El pico mediano se caracteriza por ser una especie sedentaria, con movimientos dispersivos muy limitados. Sin embargo, el establecimiento de esta nueva población, aparentemente aislada, sugiere que la especie podría tener una mayor capacidad dispersiva de la que se le atribuye.

Este descubrimiento subraya la importancia de la investigación científica en la conservación de la biodiversidad. El trabajo de campo y el análisis meticuloso de datos son fundamentales para comprender y proteger a las especies en peligro. Con la dedicación y el compromiso de investigadores como Luis Lorente y su equipo, podemos seguir conociendo los secretos de la biodiversidad y garantizar un futuro sostenible para todas las formas de vida en nuestro planeta.

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